Cuando llega la desilusión, el rechazo y el dolor, ¿cómo vas a responder? ¿Responderás con ira, amargura y resentimiento o te volverás responsable? El llamado es a hacernos cargo de nuestra vida. Nada ni nadie puede robarte la posibilidad de responder de la mejor manera. El gran desafío es encontrar significado y propósito en las adversidades más grandes de la vida. A veces lo mejor viene envuelto de lo peor y solo la fe te ayudará a desenvolverlo. No te estanques en las cosas que te sucedieron. Soltá, perdoná, avanzá. 

El odio y el resentimiento nos estancan. No nos dejan avanzar. La falta de perdón nos enfoca en el pasado, nos angustia en el presente y nos nubla el futuro. ¿A quién odias? ¿Quién te lastimó? Llegó el momento de confesar perdón aunque no lo sientas. El camino no será fácil pero sin lugar a dudas será una de las mejores decisiones. 

El rechazo es un puñal de desamor que se nos clava en el alma y nos dice: "No sos amado... no sos amada". Necesitamos poner la mirada en un lugar más alto. La herida del rechazo grita fuerte pero el rugido de Aslan es aún mayor. No es sano preguntarse los "Por qué" nos tocó experimentar rechazo. En lugar de eso, aunque el dolor sea grande, somos invitados a confiar en el carácter de Dios, Él es un Padre presente y cercano.  

Hay muchas maneras de ser un ganador pero solo hay una manera de ser un perdedor, fracasar y no ver más allá del fracaso. ¿Te sentís estancado por el fracaso que estás viviendo? ¿Qué fracaso te paralizó? Si ponés tu mirada en esa relación que fracasó, en la materia que perdiste, en la gente que usa tus fracasos para golpearte, en la culpa de tus malas decisiones, en ese emprendimiento que nunca arrancó, te vas a volver loco. En el episodio de hoy te invitamos a poner la mirada en un lugar más alto. 

No es necesario explicar que es una desilusión, todos hemos experimentado sus lágrimas. Largas noches sin dormir, tristeza profunda y una serie de pensamientos cínicos que nos empiezan a embarrar la vida: “Nunca más me voy a enamorar”, “No puedo confiar en nadie más”, “Jamás volveré a abrir mi corazón”, “No volveré a encontrar un trabajo como este”, etc. Hoy te invitamos a edificar la vida sobre un fundamento sólido, dejar los "castillos de nubes" y pisar sobre suelo firme. No dejes que la desilusión robe tus sueños. 

Una de las maletas más pesadas que cargamos los seres humanos es la “maleta del pasado”. Nuestra historia es uno de los grandes factores que paralizan nuestra vida. Lo que hemos vivido nos nubla el futuro, nos roba la esperanza. Cuando se pierde la esperanza, se tira la toalla, se abandona, vivimos la vida en piloto automático sin hacernos cargo de nuestra existencia, abandonados a la suerte. Te invitamos a escuchar el primer episodio de DESAFÍA TU HISTORIA en donde encontrarás un llamado a mirar a Jesús, "El Gran Transformador de historias". A pesar de lo que has vivido Dios tiene un futuro lleno de alegría.