Basado en: 1 Coríntios 1: 18
En La Mañana el ladrón estaba clavado a la cruz,
en la tarde llevaba una corona.
En la mañana era enemigo del Cesar,
en la tarde era amigo de Dios.
En la mañana era despreciado por los hombres,
en la tarde disfrutaba de la comunión con los angeles.
En la mañana moría como un criminal en la tierra,
en la tarde vivia como un ciudadano del cielo.
EL LADRÓN SE SALVÓ POR LA FE, NO POR SUS OBRAS.