Tendemos a pensar en los dos extremos, que todo está bien o al contrario que todo está mal, pero la realidad es que en nuestra mente tenemos filtros muy buenos los cuales debemos preservar y potencializar.

La oración es una parte vital de la vida cristiana y comunitaria. Pablo nos anima a mantener una práctica constante de oración. Orar no solo implica comunicarse con Dios, sino también mantener una actitud de dependencia y confianza en Él en medio de las circunstancias difíciles y las luchas espirituales.

Tienes 2 opciones a m hora de Velar, haciéndolo desde la queja o desde la accion de gracias.

"Grēgoreō" en Colosenses 4:2 implica estar constantemente atento y consciente en nuestra relación con Dios, manteniéndonos despiertos espiritualmente mediante la fe y la oración. Es como estar alerta y consciente en nuestra conexión con Él.

La palabra "velando" en el griego original, se refiere a estar despierto, alerta o vigilar.

Orar no debe ser una acción exclusiva de un momento de la semana o de un día para un creyente, orar es un hábito que debe estar a la par de nuestra agenda, con cada paso, cada acción, cada decisión.

El temor y el respeto son dos cosas parecidas pero a la vez diferentes. Debemos respetar y temer a Dios, pero no tenerle miedo, el temor de Dios nos hace acércanos a él, el miedo nos hace escondernos de él.

No tengas miedo ni vergüenza, atrévete a pedir!

Hoy, al pensar en motivos para dar gracias a Dios, recordemos el Evangelio.