Stevie Wonder, prodigio musical desde su infancia, nació en Michigan el 13 de mayo de 1950 y quedó ciego a los pocos días de su nacimiento. Desde niño, mostró una habilidad excepcional para la música, cantando en el coro de la iglesia y aprendiendo a tocar varios instrumentos, como el piano, la armónica y la batería. A los 11 años, Berry Gordy, el fundador de Motown, quedó impresionado por su talento y lo fichó para el sello, dándole el apodo de “Little Stevie Wonder”. Así comenzó una de las carreras más influyentes de la música, destacando en géneros como el soul, el rhythm and blues, el funk y el pop.
Durante la década de los 60, Wonder lanzó éxitos como Uptight (Everything’s Alright) y A Place in the Sun, ganando popularidad con su poderosa voz y su talento para la composición. En 1972, el álbum Talking Book marcó un hito en su carrera con la canción Superstition, que le dio reconocimiento global y lo consolidó como un innovador del funk y el soul. Wonder continuó su éxito con Innervisions en 1973, un álbum que abordó temas sociales y personales, y que incluyó la aclamada Living for the City, ganadora de varios premios Grammy.
En 1976, Stevie Wonder alcanzó una nueva cúspide con Songs in the Key of Life, uno de los discos más importantes de la historia de la música. Incluye éxitos como Isn't She Lovely, una dedicatoria a su hija recién nacida, y Sir Duke, en homenaje a Duke Ellington. Con este álbum, Wonder no solo capturó los corazones de la audiencia mundial, sino que también dejó un legado que celebró la vida, el amor y la justicia social, consagrándose como una de las leyendas musicales más queridas e influyentes.