Ya estamos acostumbrados en el mundo de la tecnología a sufrir esa terrible sensación de que necesitamos algo imperiosamente o nuestra vida será una porquería que no sirve para nada. Ese dispositivo que, por el mero hecho de comprarlo, seremos más productivos, más organizados, nos facilitará terriblemente la vida…. Y tras comprarlo y utilizarlo unos días o, con suerte, unas semanas, lo metemos en un cajón y nunca más volvemos a saber nada de él.
Uno de esos productos son los tablets, producto que surgió para contrarrestar al anterior producto estrella, los eeePc, mini Pc o como queráis llamarlo y que, al igual que estos últimos, terminaron relegados a un producto de minorías.
No es que sean malos productos, tiene su utilidad y hay que reconocerles que, para unos usos específicos van muy bien, pero no es un producto que todo el mundo necesita, en este caso sustituidos por el mayor tamaño de las pantallas de los teléfonos móviles.