de vista psicológico, una ruptura
amorosa implica un proceso de duelo personal de poca o mucha intensidad
que puede conllevar, en los casos más complicados, pensamientos
recurrentes y dolorosos sobre lo sucedido.
Malestar, hostilidad, nostalgia o tristeza son
indicadores de la presencia de un desequilibrio mental y emocional propio de la
ruptura. este desequilibrio tendrá una duración variable según el caso.