La vida me había llevado al límite, no entendía cómo salir adelante, me encontraba en un callejón sin salida buscando una respuesta. Una señal repentina me hizo ver que cargaba conla irresuelta historia de mi padre en mi, cargado de lastres y heridas abiertas que no veía, creyéndome resuelto me encontraba inmóvil.
Una señal me hizo ver que debía regresar para salir, que debía ir al primer recuerdo y revivirlo, enfrentarme a mi padre, buscar en nuestra historia las respuestas que no podía encontrar, poner cara a cara al Alacrán y al Tigre para que ambos encontrarán su camino.
Este es el inicio de un proceso doloroso, bello, profundo y liberador. Este es el regreso al primer recuerdo y de ahí, cada nuevo recuerdo se fue abriendo automáticamente, una serie de recuerdos que se cruzan con etapas de mi vida ligadas de forma intrínseca a esa memoria, y el presente, en donde el cielo se abre paso a paso tras develar cada recuerdo, tras abrir cada herida para descubrirme en el acto.