Aprovechar el triunfo en los Oscar para hacer un llamado o manifestar una opinión personal es algo común. Lo que no es tan habitual es que ese discurso divida de inmediato a las y los invitados a la ceremonia, y provoque la casi inmediata e improvisada respuesta de alguien molesto por lo que se acaba de decir. Ocurrió hace casi medio siglo, pero esta historia tiene detalles que la mantienen muy actual.
Aprovechar el triunfo en los Oscar para hacer un llamado o manifestar una opinión personal es algo común. Lo que no es tan habitual es que ese discurso divida de inmediato a las y los invitados a la ceremonia, y provoque la casi inmediata e improvisada respuesta de alguien molesto por lo que se acaba de decir. Ocurrió hace casi medio siglo, pero esta historia tiene detalles que la mantienen muy actual.