El 12 de octubre inició su camino una caravana de migrantes centroamericanos. La mayoría procedían de Honduras. Eran miles de ellos, y en el camino se sumaron otros tantos. Iban a pie, o pidiendo aventón. Sobre todo, iban con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Hombres y mujeres, niños, sin nada en la bolsa, emigrando en masa. El grupo llamó la atención del presidente Trump, que los consideró un peligro y les llamó una amenaza para Estados Unidos. Y ahí, en medio de todo, nació un niño, el hijo de Rosa.

Julio Vaqueiro habla con Francisco Cuevas de su experiencia cubriendo la caravana de inmigrantes centroamericanos.

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