Mientras el gobierno enfrenta las denuncias sobre relojes de lujo y joyas que habían sido "prestadas" a Dina Boluarte por el gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, el Congreso de la República aprueba leyes que benefician a la criminalidad en el Perú, haciendo que las extorsiones y las muertes por sicariato se disparen.
A su vez, el asesinato de una extrabajadora del Congreso da inicio a un escándalo sobre el posible intercambio de votos congresales a cambio de favores sexuales.