Dejar ir una emoción displacentera, es algo que a veces se nos hace muy difícil. La rabia, la tristeza, el desaliento, la frustración o la impotencia, nos ponen en un “tono” físico donde la tensión comanda, la tensión se apodera de nosotros, e impide este “dar paso”. Vamos a practicar cómo podemos ayudarnos a liberar la tensión, internalizando alguna música.