El confitado responde a una técnica culinaria sencilla, pero que demanda mimo. Se trata de una cocción de un alimento en una grasa abundante, a una temperatura no superior a los 80 grados. En este caso, además de obtener una ventresca deliciosa en sí misma que podemos acompañar con una vinagreta de wasabi o con un carpaccio de aguacate, la ventresca se nos brinda como un comodín, puesto que la podemos emplear en una coca, un xató o en cualquier plato que se nos pase por la cabeza donde su protagonismo sea indiscutible y pueda brillar con luz propia. #cocinandoaciegas #cuinantacegues