Si no tuviera trasfondo político tanta guarrería, uno tendría la impresión de que nos movemos por un mix de ‘Tinder’, ‘Follamigos’ y ‘Hola’.
Mires donde mires, vicio, corrupción y enredos sexuales.
No tanto por las tórridas fotografías de Jessica, reveladas por Ketty Garat y Teresa Gómez en ‘The Objective’, que llevaba Koldo en su teléfono móvil y sirvieron al entonces ministro Ábalos para elegir novia de pago y colocarla en la Administración, sino por el resto de affaires.
Porque ha querido la fortuna que la noticia de que el juez sentencia a Rubiales a pagar 10.000 euros, por darle un beso-sorpresa a la futbolista Jennifer Hermoso, haya coincidido con el reventón del ‘Caso Monedero’.