Hoy te traigo “La luz como el agua” un precioso cuento que Gabo terminó de escribir en diciembre de 1978 aunque fue concebido ocho años antes, cuando su apartamento en Barcelona sufrió una avería eléctrica durante una tertulia con sus amigos.
Cuando vino el electricista a reparar la avería y mientras Gabo le alumbraba con una vela, le preguntó «¿Cómo diablos es este daño de la luz?». Y el electricista, un poco poeta, le respondió: «La luz es como el agua, se abre un grifo, sale, y al pasar marca un contador»
¿Para qué necesitaba más? En ese preciso instante se produjo la Epifanía. El cuento nació completo en su mente. ¡Del tirón! O al menos así se lo contó más tardenGabo a la periodista argentina Rita Guibert.
Si el realismo mágico fuera una religión, no hay duda de que Gabriel García Márquez sería su profeta. ¿Verdad?
García Márquez es como ese abuelo sabio y un poco travieso que siempre tiene una historia increíble bajo la manga, pero en lugar de contarte simples anécdotas, te lleva a un mundo donde la realidad y la fantasía se mezclan tan tan bien que ni siquiera te das cuenta cuando los peces empiezan a volar.
Maestro fundador del realismo mágico, Gabo no solo te cuenta cuentos, sino que te sumerge en un universo donde los pueblos flotan en el tiempo, los amores duran cien años (¡o más!), y hasta la soledad tiene sabor a poesía.
Leerlo es como entrar en un sueño del que no quieres despertar, y cuando lo haces, todo a tu alrededor parece un poquito más mágico. ¡Es un genio literario con el poder de transformar lo cotidiano en legendario!
¿Y qué me dices sobre el Realismo Mágico? Es una manera encantadora de ver el mundo, donde lo imposible no solo es posible, sino que es parte del menú del día.
El realismo mágico es como esa fiesta sorpresa donde todo parece normal, hasta que de repente, el pastel empieza a levitar y los globos te cuentan secretos al oído.
Es el género literario que te haSe dudar si la abuela de la historia realmente hablaba con los fantasmas del pueblo o si solo te lo estás imaginando porque has leído demasiadas novelas de García Márquez.
En el realismo mágico, lo extraordinario y lo cotidiano bailan un tango tan perfecto que te quedas preguntando si la lluvia de flores que cayó ayer fue un sueño o si deberías haber guardado una de esas rosas para el álbum familiar.
Pero ya está bien de tanto presentar, que aquí hemos venido a soñar ¿Quieres nadar conmigo en la luz?
¡Pues bienvenido al lugar donde la magia es tan real como el café que te tomas por la mañana!