No es que las mujeres tengan miedo de estudiar carreras tecnológicas, sino que existen barreras culturales, sociales y estructurales que pueden desincentivar su participación en estos campos. Algunas de las razones principales incluyen:
1. Falta de referentes femeninos: La poca visibilidad de mujeres en tecnología puede hacer que las jóvenes no se identifiquen con estos roles.
2. Estereotipos de género: Desde pequeñas, a muchas niñas se les inculca la idea de que las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son más adecuadas para los hombres.
3. Ambientes masculinizados: En algunas universidades y entornos laborales, las mujeres pueden sentirse aisladas o incluso enfrentar actitudes sexistas.
4. Falta de apoyo y orientación: La falta de programas de mentoría o redes de apoyo puede hacer que muchas desistan antes de intentarlo.
5. Dudas sobre sus capacidades: Muchas mujeres pueden experimentar el "síndrome del impostor", sintiendo que no son lo suficientemente buenas, aunque tengan talento y preparación.
Afortunadamente, cada vez hay más iniciativas para cerrar esta brecha, desde becas hasta programas de mentoría y comunidades que promueven la participación de mujeres en tecnología.