La disposición final de medicamentos no utilizables, ya sea debido a su vencimiento, deterioro, o simplemente porque no se requieren más, es un aspecto crítico en la gestión adecuada de los productos farmacéuticos. Esta etapa es esencial para garantizar la seguridad tanto del medio ambiente como de la salud pública. La incorrecta disposición de medicamentos puede tener efectos perjudiciales, como la contaminación del agua y el suelo, la resistencia antimicrobiana y la exposición no deseada a sustancias químicas potencialmente peligrosas.