Pasado el impasse, comenzamos a hablar de cervezas, nuestras gargantas catadoras y expertas (?) se comenzaron hacer agua en medio de la conversación. Y como buenos conocedores, pasamos de lo más suave, a lo más fuerte: Pisco, Ron, Vodka, Espumantes; sabores distintos, como el chocolate con menta o con naranja, gustos variados, y como es normal, siempre tiene que haber un aporte de connotación sexual.