Nuevo álbum del DJ y productor Nickodemus que cuenta con las colaboraciones de Alsarah, La Yegros, Fémina, Innov Gnawa y un largo etcétera. Un entretenimiento bailable inteligente de espíritu global afrolatino.

Un deslumbrante debut cuya propuesta oscila entre la psicodelia tropical, el latin garage, la chicha, la cumbia y el funk. Realizado a lo largo de dos años y medio por los cinco miembros de la banda, con sus propios medios y con la participación de familiares directos y amigos de su círculo íntimo. Cósmico y excitante.

El cuarto volumen dedicado al denostado espíritu yatch rock, soft disco y demás ocurrencias surgidas del hedonismo de finales de los 70 y principios de la siguiente década centra su foco ahora en Brasil. Esta incursión está capitaneada por Ed Motta, compositor y coleccionista que ha echado mano de desconocidos títulos disponibles algunos de ellos hasta ahora sólo en copias privadas. Brazilian soul, funk, disco y AOR a redescubrir y reivindicar. 

En su quinto álbum la coruñesa Mercedes Peón ha sumado a los instrumentos tradicionales y la electrónica el sonido de la maquinaria pesada registrado en los astilleros navales para crear un inquietante mapa musical conceptual. Este disco es un nuevo triunfo creativo de la gallega fruto del ambiente sociopolítico y en el que siguen vigentes sus preocupaciones entorno a la pertenencia y la identidad. Tradición, vanguardia y atrevimiento.

El primer álbum del dúo francés es un ejercicio efectivo y notable de white soul y gospel, pero sobretodo es un emocionante triunfo de la amistad. Simon Carpentier y Victor Solf estudiaron juntos en Rennes y formaron este proyecto en 2015. Trazaron un plan meticuloso para darse a conocer al mundo porque sabían entonces que tenían el tiempo limitado. Después de una serie de EP's en los que alternaron temas de estudio y versiones en directo, Simon falleció de un cáncer a los 27 años en el verano de 2017 su compañero hizo público un comunicado en el que explicaba que ambos tenían un pacto para que Her continuara adelante. No sólo no canceló los conciertos previstos sino que siguió completando el álbum que estrenamos ahora.

Ebo Taylor en llamas. El compositor, guitarrista y vocalista, figura clave en la evolución del afro-funk desde los 70, regresa cinco años después de su último trabajo con el fuelle bombástico en la producción de Justin Adams (Tinariwen, Robert Plant) y el respaldo de su magnífica formación, la incendiaria Saltpond City Band. Quema!

Varias son las habilidades del tándem integrado por la vocalista holandesa nacida en Irán y el productor Mucky. Su destreza para jugar con los silencios y los espacios sonoros panorámicos, por ejemplo. Los distintos elementos sonoros, incluidas las sugerentes cuerdas de Mihai Piscou -la mejor parte del lote además de la voz de Sevdaliza- se van sumando sin prisa conformando diversos puzzles hipnóticos de una belleza abisal. Un EP en el que cada tema tiene su propia entidad y un complemento perfecto a su gran álbum de debut publicado el pasado año.

Efraín Rozas juega su propia liga, con sus reglas del juego al margen de tendencias y esquivando etiquetas. Se mueve siempre hacia el futuro, con su portentoso quinteto, en un nuevo terreno cercano sin embargo al espíritu eléctrico de Miles Davis y las fases experimentales y exploratorias de Eddie Palmieri. En este nuevo álbum la vanguardia y el atrevimiento se hilvanan con los dedos, desde la electricidad de las guitarras amplificadas y los pianos tipo Fender Rhodes y las bases rítmicas de timbales y congas. Un triunfo en sí mismo. Esto no es nueva música latina. Es nueva música.

Una artista dueña de su sonido e imagen (rueda sus propios vídeos, escoge minuciosamente la lista de sus invitados y productores) que redefine con un golpe en la mesa lo que debe ser un disco de pop global en 2018. Gorillaz, Thundercat o Kevin Parker son algunos de los colaboradores que se suman a su particular carrusel de luz y color.

Llevamos años asistiendo a un sobresaliente ejercicio de apropiación, actualización y reinvención de las músicas de raíz en diversos países latinoamericanos de la mano de músicos cada vez más jóvenes. En España deberían darse más pasos en esa dirección y Baiuca, el proyecto del gallego Alex Casanova, se adentra con audacia en la senda de la exploración y reivindicación de las raíces locales desde la perspectiva de nuestro tiempo. El resultado es un emocionante trabajo de "folktrónica" con alma y nervio,  que aúna instrumentación y cancionero tradicional gallego con inteligente electrónica contemporánea.