Kadhja Bonet es uno de los enigmas más fascinantes de la música de nuestro tiempo. Es compositora, productora, multinstrumentista... Y todo lo hace muy bien. Juega con sus propias reglas cuando y cuanto quiere. Nada se sabe de su vida privada, no concede apenas entrevistas y ha firmado un segundo largo del que muchos se apresurarán a etiquetar con las palabras 'retro' y  'soul' como mínimo. A nosotros no nos importa en absoluto cómo querrás clasificar esto en tu colección musical, lo importante es que lo busques ya y te dejes llevar por un disco esencial e importante.

Siete años después de su aclamado debut la diva maliense publica su nuevo trabajo. Mientras ha tenido tiempo de girar conquistando a audiencias internacionales, poner la crítica musical a sus pies y colaborar con Amadou & Mariam, Oumou Sangaré o con Roberto Fonseca. Es afro-pop luminoso, aglutinador de diversas influencias y el motivo para colaborar con el francés Matthieu Chedid, Sidiki o Vincent Ségal, todos ellos de sobra conocidos por el público de Radio Gladys Palmera. Un acierto encomiable.

El último volumen de la saga impulsada y supervisada por el Dj y productor Gilles Peterson es, quizás, uno de los más interesantes porque nos conecta directamente con la vanguardia musical en Cuba. Y parte de la vanguardia sonora de nuestro tiempo llega desde la calle y desde los dispositivos móviles de una nueva generación de músicos. Los jóvenes creadores de la isla demuestran una pericia prodigiosa para hacer suyas tendencias globales urbanas sin renunciar a su riquísima tradición musical. Aquí la producción de Dj Jigüe y Will LV ha sido capital. Cuba, pese al lastre de las enormes dificultades para abrirse al exterior en estos últimos 60 años, sigue y seguirá dando que hablar como punta de lanza de la renovación, el talento y la creación musical.

Este trabajo, fruto de cuatro años de intenso trabajo, fue completado antes del fallecimiento del irrepetible músico aborigen australiano. Un encuentro fascinante, de irresistible belleza y, para nada forzado, entre los arreglos y la instrumentación sinfónica y las canciones tradicionales. 

El cuarto largo de María Rodés es un disco inspirado por el hallazgo de un diario de guerra. El de su tío bisabuelo. un ilustre astrónomo a cargo del Observatorio del Ebro, quien convirtió su vocación en un refugio contra las atrocidades de la guerra. Es un trabajo primorosamente grabado en Barcelona, con la producción del impecable Juan Rodríguez Berbín, Josep María Baldomá y la misma María Rodés.

Una propuesta delirante firmada en Hong Kong por tres multinstrumentistas fascinados por el post-punk, los ritmos motorik, la experimentación electrónica, el hedonismo y la polirritmia tropical.

El más destacado álbum hasta la fecha de la banda femenina de Los Ángeles. Un disco espoleado por guitarras surf, cargado de ironía, guiños musicales y referencias alucinógenas. Un estupendo y radiante artefacto sonoro surgido de la singularidad y las contradicciones de la megalópolis a la que pertenecen sus creadoras.

Alexandre Kassin está dejando su huella sonora en la historia reciente de la música popular brasileña. Ha trabajado junto a Moreno y Caetano Veloso, Domenico, Bebel Gilberto, Marisa Monte, entre otros, y ha estampado su firma como productor y autor insaciable en decenas de trabajos. Ahora publica su segundo disco en solitario, seis años después de su primera entrega, con invitados habituales en su trayectoria y una amplia paleta de estilos: funk, disco, samba torto, bossa, etc. Un festín carioca.

Tras 35 años en pausa The Pyramids decidieron en 2012 reactivar su proyecto de jazz cósmico. Esta vez confían en Malcom Catto de The Heliocentrics la producción de un trabajo grabado con urgencia en una intensa semana en Londres. Un álbum conceptual alimentado por la idea del apocalipsis global, el cambio climático y espoleado por sus influencias pan-africanas y un impulso experimental no exento de momentos de abrumadora belleza.

Hacemos una excepción a la norma no escrita de recomendar sólo álbumes en nuestra lista de favoritos con la inclusión de este maxi. Se trata de un cautivador cover de La Piña Madura, original del pionero del vallenato Guillermo Buitrago, de casi diez minutos, que supone el regreso a la actualidad discográfica del legendario Abelardo Carbonó. Acompañado por Quantic y Mario Galeano (Frente Cumbiero, Ondatrópica), esta magnífica pieza parece ser la primera extraída de una prometedora sesión de grabación de la que podría publicarse más material en el futuro.