A menos que usted vaya a intercambiar certificados de bonos y acciones con sus amigos, se verá obligado a enfrentarse con el coloso que domina la escena moderna americana: la industria financiera. Y no se equivoque, usted se verá inmerso en una titánica batalla de suma cero con la misma, en la que cada céntimo en comisiones, tasas y costes de transacción que ésta se lleva, es irremediablemente a su costa.