El gobierno salvadoreño comenzó este año con una deuda que supera los $32 mil millones. En el último quinquenio, bajo la administración de Nayib Bukele, la deuda creció a un ritmo acelerado, aumentando más de $11 mil millones. El gobierno también adeuda $10,413 millones a los trabajadores que cotizan a las AFP, con lo que ha puesto en riesgo la jubilación de miles de personas que esperan tener un retiro digno. En 2024, la Asamblea Legislativa, dominada por el bukelismo, aprobó $3,500 millones en emisión de títulos valores para recompra de deuda a una tasa más alta y para gastos operativos o emergentes del Estado que no fueron detallados con certeza.