Desde que llegó al poder, en 2019, Nayib Bukele ha dirigido un gobierno que discrimina, atropella derechos, censura, expulsa y despide a la población LGBTIQ+. Es más, se jacta de hacerlo, mientras la derecha internacional y algunos religiosos conservadores le aplauden. Argumenta que así defiende los valores de la familia tradicional y se refiere a las defensoras de derechos, de forma despectiva, como promotoras de una supuesta agenda para imponer una "ideología de género" que no existe. Activistas concluyen que este tipo de discurso es incoherente y además es utilizado por gobiernos autoritarios para distraer a las masas de los problemas realmente importantes del país.