Siempre hemos escuchado hablar de la generación de relevo y como toda una generación ha crecido con los líderes actuales pero que en ocasiones se siente que el relevo no se ha logrado hacer, al menos no del todo. El mundo está cambiando cada minuto, pero a la Iglesia le toma meses hacer cualquier cambio o implementarlo. Quisiera contribuir con este mensaje a concientizar y replantear cual debe ser nuestro papel como ministros, discípulos, pastores, lideres, apóstoles, profetas, maestros, cuyo papel capacitador nos exige el servicio a Dios. Los padres dejamos hijos, los maestros enseñanzas, los pastores herencias espirituales y formativas. Toda la Escritura está llena de evidencias constantes de cambios de relevos. El caso de Moisés y Josué es notorio, ya que la inmensa influencia y el gran liderazgo que ejerció Moisés en su generación, parecían no tener comparación. Los ministerios son más bien realidades que deben permitirnos prepararnos, y preparar a la presente y futura generación para que la visión de Dios continúe cuando nosotros ya no estemos en la escena.
Quiero compartir este pasaje en la Nueva Traducción Viviente (NTV) Eclesiastés 3:15 15 Los sucesos del presente ya ocurrieron en el pasado, y lo que sucederá en el futuro ya ocurrió antes, porque Dios hace que las mismas cosas se repitan una y otra vez. Si en esta palabra encuentras una similitud con lo que estamos viviendo hoy día, déjame decirte que no es coincidencia, ya que Dios no improvisa.