Ocupan los lugares de mayor poder, son hábiles para lograr lo que quieren y tener a todos a su merced cumpliendo ordenes atrapados en vínculos de sometimiento y lo peor, al ser una forma de ser y no una enfermedad, no existe tratamiento; lo mejor es saber que están allí en la política, en los trabajos, en las amistades, en las familias y también en las parejas y reforzar nuestra autoestima y conocimientos para no caer en sus garras.