Las venas abiertas de América Latina: El petróleo, las hazañas y las maldiciones.
Dos grandes empresas petroleras norteamericanas, La Shell y la Standard Oil, derrocaron a su gusto en el siglo pasado, a presidentes electos y ayudaron a dictadores a tomar el poder en los gobiernos de Bolivia, Perú, Brasil y Argentina. Todo por no pagar y seguir extrayendo petróleo y gas pagando centavos.
Un congresista norteamericano denunció en 1934 la masacre que las dos empresas estaban financiando en los países más pobres de América del Sur.
Estas dos empresas pertenecientes a Rockefeller derrocaban cualquier gobierno que prometía nacionalizar los yacimientos latinoamericanos.
Brasil nacionalizó y no tardaron en poner al dictador Castelo Branco para que dejara sin efecto la nacionalización y volviera a entregar a la empresas petroleras norteamericanas que habían financiado su golpe de Estado la explotación del petróleo.
La Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, donde murieron civiles de ambos países, sin formación militar, ni armas, ni comida, ni agua, pelearon sin saber, en nombre de las dos empresas petroleras norteamericanas que querían hacerse con los territorios del Chaco para construir un oleoducto.
La Shell financiaba a Paraguay y la Standard financiaba a Bolivia, pero la sangre la derramaban bolivianos y paraguayos.
Bolivia perdió pero Paraguay perdió más, perdió la paz.