Los primeros contratos informales entre clubes y jugadores, se registraron dos décadas antes de la oficialización del fútbol profesional en Argentina. A través de empleos en fábricas o "sueldos fantasmas", los futbolistas comenzaron a cobrar por practicar el deporte en ese entonces, recreativo. El comienzo del fin del fútbol amateur en la primera división, se dio a partir de una gira que Boca realizó en Europa en 1925.