En el manicomio La Castañeda, donde reclusos, pacientes, médicos, familiares y otras personas entablan diálogos sobre la locura, que, es el marco general que envuelve la fe, el sexo, la pobreza, la pérdida, el resentimiento, la envidia, el amor y la política, de todos los que tuvieron que entrar en la bestia de la Castañeda. Los médicos tradujeron lo que escucharon al lenguaje emergente de la psiquiatría, mientras que los reclusos transmitieron sus experiencias personales e historias privadas a través de expresiones de sufrimiento mental. El lenguaje del dolor, físico y espiritual, de leve a insoportable, permitía a los pacientes detallar las fuentes y consecuencias de su desgracia.