📖Santiago 2:14-26 RVA2015
"Hermanos míos, si alguno dice que tiene fe y no tiene obras, ¿de qué sirve? ¿Puede acaso su fe salvarle? Si un hermano o una hermana están desnudos y les falta la comida diaria, y alguno de ustedes les dice: “Vayan en paz, caliéntense y sáciense” pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Sin embargo, alguno dirá: “Tú tienes fe, y yo tengo obras”. ¡Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras! Tú crees que Dios es uno. Bien haces. También los demonios creen y tiemblan. Pero, ¿quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?. ¿No fue justificado por las obras nuestro padre Abraham, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Puedes ver que la fe actuaba juntamente con sus obras y que la fe fue completada por las obras. Y se cumplió la Escritura que dice: Y creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia; y fue llamado amigo de Dios. Pueden ver, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe. De igual manera, ¿no fue justificada también la prostituta Rajab por las obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque tal como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta."
➡️🎙️En este segundo capítulo miramos varios temas, pero el que hoy quiero que observemos es la explicación del apóstol sobre la fe y cómo demostrarla con frutos, que son las acciones que producimos como resultado de esa fe la cual decimos que profesamos.
Las creencias y religiones del mundo tienen prácticas que exigen a los creyentes obras que la persona debe hacer para poder ganar posiciones dentro de la denominación o grupo religioso. Ellos tienen diferentes prácticas específicas para que así el practicante demuestre que está comprometido con esa profesión de fe.
La fe en Jesucristo es diferente porque el creyente tiene que recibir a Jesucristo por la fe en su corazón, y después tiene que recibir el Espíritu Santo en su vida; ser llenos del poder de Dios que es el que produce cambios que la persona no puede hacer por sí mismo.
Como resultado de estos cambios la persona comienza a tener revelaciones de lo alto, y comienza de forma natural, sin ningún sentimiento de obligación, a realizar acciones y obras dadas por el espíritu Santo. Virtudes como el amor, la bondad, y el dominio propio, son unas de las muchas virtudes que el Espíritu da a la persona. Consecuentemente, el creyente comienza a desarrollar dones espirituales, que son aptitudes específicas que Dios pone en el corazón de la persona, y comienza a utilizar sus manos, sus pies y su voz para impactar las vidas de los que le rodean en su comunidad, en su ciudad, y aún a otras naciones, de acuerdo al don que Dios le haya dado. Obras de caridad, de compasión, obras misioneras de impacto espiritual que se reflejan en el ámbito terrenal.
El Cristiano misionero lleva el mensaje del evangelio para que la persona conozca Jesucristo y también lleva enseres, supliendo la necesidad material como alimentación, medicina, educación, etc., para que la obra de Dios sea completa, supliendo la necesidad espiritual y material a la misma vez.
En eso consiste las obras de la fe.
Si decimos que creemos en Dios, que Jesús es el Señor, y vivimos una vida piadosa sin acciones palpables de los dones del espíritu, entonces estamos viviendo una religión muerta.
🤔
Consideremos:
¿Qué clase de fe estoy viviendo?
De pura apariencia tradicional o con acciones palpables y visibles de amor?
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez. Que el Señor escuche tu oración y te use poderosamente con acciones de fe.
😇
Hosted on Acast. See acast.com/privacy for more information.