📖 Gálatas 3:13-29 RVA2015:
Cristo nos redimió de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que la bendición de Abraham llegara por Cristo Jesús a los gentiles, a fin de que recibamos la promesa del Espíritu por medio de la fe. Hermanos, hablo en términos humanos: Aunque un pacto sea de hombres, una vez ratificado, nadie lo cancela ni le añade. Ahora bien, las promesas a Abraham fueron pronunciadas también a su descendencia. No dice: “y a los descendientes”, como refiriéndose a muchos, sino a uno solo: y a tu descendencia, que es Cristo. Esto, pues, digo: El pacto confirmado antes por Dios no lo abroga la ley, que vino cuatrocientos treinta años después, para invalidar la promesa. Porque si la herencia fuera por la ley ya no sería por la promesa; pero a Abraham Dios le ha dado gratuitamente la herencia por medio de una promesa. Entonces, ¿para qué existe la ley? Fue dada por causa de las transgresiones, hasta que viniera la descendencia a quien había sido hecha la promesa. Y esta ley fue promulgada por medio de ángeles, por mano de un mediador. Y el mediador no es de uno solo, pero Dios es uno. Por consecuencia, ¿es la ley contraria a las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Porque si hubiera sido dada una ley capaz de vivificar, entonces la justicia sería por la ley. No obstante, la Escritura lo encerró todo bajo pecado para que la promesa fuera dada por la fe en Jesucristo a los que creen. Pero antes que viniera la fe estábamos custodiados bajo la ley, reservados para la fe que había de ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro tutor para llevarnos a Cristo, para que seamos justificados por la fe. Pero, como ha venido la fe, ya no estamos bajo tutor. Así que, todos son hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús porque todos los que fueron bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y ya que son de Cristo, ciertamente son descendencia de Abraham, herederos conforme a la promesa.
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Por cuestión de tiempo no leí todo el capítulo pero sí una buena parte de él para poder entender el concepto espiritual que el apóstol Pablo nos está enseñando acerca de la forma en que nosotros, como gentiles, alcanzamos las promesas que Dios le dió a Abraham.
Pablo hace la conexión entre Abraham y Cristo, cuando Dios le dijo a Abraham que en él serían benditas todas las naciones de la tierra por medio de su descendencia.
Pablo aclara que cuando la Biblia dice "la descendencia", está hablando de aquel que desciende del linaje de Abraham que sería Cristo. Y entonces todos aquellos que han sido bautizados en el nombre de Jesucristo están revestidos o cubiertos de Cristo. Esto primeramente nos hace libres e independientes de practicar la ley de Moisés porque la promesa de bendición fue dada antes de la ley.
Además, la ley lo que hace es guiarnos hacia el Salvador, hacia el Mesías, pues por medio de la ley no podemos alcanzar la salvación y el perdón de pecados, pero por medio de Cristo sí.
Esta explicación es muy profunda pero también muy liberadora porque nos da esperanza a nosotros, los que no somos descendientes de la raza judía, a quienes les fue dada la promesa de Abraham, pero siempre y cuando dependan de la ley de Moisés, de otra manera caen en maldición.
En cambio, nosotros, que no teníamos esperanza de salvación, entramos directamente a recibir las bendiciones prometidas a Abraham por medio de Jesucristo, sin temor de maldición pues ¡solo Cristo ofrece vida, libertad y bendiciones a montones!
Espero que este tema te anime a mantenerte más firme en tu fe. Ni los judíos ni musulmanes han logrado alcanzar lo que nosotros, los seguidores de Jesús, hemos alcanzado: la salvación por gracia y no por obras y el recibir las promesas del patriarca Abraham.😇