A veces vivimos atrapados en ciclos que parecen más de lo mismo, pero Dios siempre tiene una invitación a algo nuevo, real y transformador. En este mensaje, el pastor Roger Arcila nos guía a través de la historia de los Reyes para mostrarnos cómo Dios rompe patrones, restaura corazones y abre caminos donde ya no esperábamos cambios.

Acompáñanos en Horizonte Querétaro a descubrir que, con Dios, nunca es lo mismo… siempre es mejor.

El llamado de Dios no siempre llega con ruido, sino con una invitación sencilla y transformadora: sígueme. En este mensaje, el pastor Gadiel Arriaga nos lleva a 1 Reyes 19:19-21 para mostrarnos qué significa dejar atrás lo que conocíamos y caminar hacia un Reino mejor.

Acompáñanos a descubrir cómo una respuesta obediente puede cambiar el rumbo de tu vida. Horizonte Querétaro te invita a seguir a Cristo con convicción, entrega y esperanza.

Tres ejércitos contra uno, un rey sin salida… y un pueblo que decide orar. La historia de Josafat nos recuerda que cuando nuestras fuerzas no alcanzan, Dios pelea por nosotros. La batalla no es nuestra, es del Señor.

Lo que nos supera, no supera a Dios.

El rey Acab eligió escuchar lo que quería oír en lugar de la verdad que Dios le hablaba. Su historia nos recuerda que ignorar la voz de Dios siempre trae consecuencias. La verdadera sabiduría está en rendirnos a Su voluntad, aunque confronte nuestros deseos.

La pregunta no es si Dios habla, sino si estamos dispuestos a obedecer.

Josafat nos muestra que el liderazgo verdadero no se trata de estrategia humana, sino de caminar en fidelidad a Dios. Cuando el corazón del líder se afirma en la Palabra, Dios afirma la obra de sus manos y bendice a su pueblo.

Liderar con Dios es la única forma de liderar con impacto eterno.

El rey Acab recibió gracia de parte de Dios una y otra vez, pero su corazón nunca cambió. Este mensaje nos recuerda que la gracia no es licencia para seguir igual, sino la oportunidad para arrepentirnos y ser transformados.

La gracia que no transforma termina siendo desperdiciada.

Elías, después de una gran victoria, cayó en desesperación y pidió a Dios terminar con su vida. En este pasaje vemos la realidad del cansancio humano, pero también la ternura de un Dios que sostiene, alimenta y vuelve a levantar a sus siervos.

Cuando Elías escuchó la promesa de lluvia en medio de la sequía, levantó la mirada al horizonte con fe. Este pasaje nos recuerda que, aun cuando el cielo parece vacío, Dios ya está obrando. La fe no se enfoca en lo que vemos, sino en la certeza de lo que Él ha dicho.

🌧️ “Yo oigo el rugir de una fuerte lluvia” (1 R 18:41).

Elías: Dios siempre gana en las cuevas y en los montes | 1 Reyes 18 | Kike Torres

Elías: El Propósito de la Sequía | 1 Reyes 17 | Pastor Gadiel Arriaga