“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”. Colosenses 3:12-14
Así se ve una iglesia que vive el afecto fraternal: Ama, perdona y soporta. Se viste de humildad, santidad, benignidad, misericordia y amor.