En la Biblia, Josué nació en la esclavitud y pasó la mayor parte de su vida en ella, por eso, cuando Dios les dijo que entrarían a la tierra prometida, él se aferró a la promesa, y en los momentos adversos continuó descansando en ella. 

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La palabra ENTUSIASMO viene de un término griego que significa "Tener a Dios dentro". El Espíritu que está en ti es más fuerte que el desánimo, la frustración o la envidia que esté desalentando tu corazón. No mires el camino de otros, toma aliento y persevera peleando la buena batalla.

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No es lo mismo estar juntos que estar unidos. Luego de la resurrección de Cristo, los apóstoles demostraron que la iglesia es más que una agrupación, debían compartir la misma visión, el mismo amor y el mismo respeto. Hoy descubriremos que Dios actúa de manera sobrenatural donde dos o más se ponen de acuerdo de todo corazón.

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El libro de Proverbios dice "Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse..." Ser hijos de Dios no significa ser perfecto, significa que en el camino vamos a cometer errores, pero seguiremos avanzando. Nuestra perseverancia deja huella en las demás generaciones.

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La fidelidad se prueba en lo que hacemos mientras llega lo prometido: cuida el negocio donde trabajas aunque no sea tuyo, bendice la casa donde vives aunque sea alquilada, perdona y sé amable aunque no recibas lo mismo a cambio. Porque solo plantando buenas semillas, tendrás buenas cosechas.

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La única forma en que cambien las cosas a mi alrededor, es cambiando yo. Si realmente buscamos mejorar nuestras relaciones interpersonales, debemos esforzarnos por sembrar amor a la luz de la palabra. "El que procura el bien, es bien favorecido; al que procura el mal, el mal le sobreviene" (Prov. 11:27) 

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Decimos que Dios es primero, pero lo buscamos cuando ya no tenemos salida, nuestro comportamiento deja que desear y somos celosos con el diezmo. Sin querer, así bloqueamos bendiciones importantes para nuestra vida. Hoy hablaremos sobre qué significa que Jehová gobierne en tu familia, en tus finanzas y en tus batallas.

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Sin fe, no perseguiríamos ningún sueño, no abriríamos ninguna empresa, no inventaríamos nada, no estudiaríamos ni nos casaríamos, es decir, nuestra fe en Dios está presente en cada área. Depende de nosotros ponerla en práctica.

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¿Qué pasaría si quieres una casa, pero nunca elaboras un plan para construirla? Si no tienes un plan de acción, nunca sabras qué necesitas, por dónde empezar o el costo que demanda. Para Dios también es importante planificar. 

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Un sueño con fecha se convierte en una meta, cuando entendemos porqué lo hacemos hallamos el propósito de nuestro esfuerzo.

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