yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado” Pabloconsidera que el hecho de que él se volviera un siervo del evangelio, un apóstol ypredicador era una obra de la gracia porque él había sido un asesino de cristianos,un perseguidor de la iglesia y Dios de repente llega al camino a Damasco y le dice:‘ya no más, tú eres mío’ él no podía simplemente dejar atrás lo que le habíasucedido. En lo personal yo era un muchacho perdido, desviado, ignorante yarrogante y al Señor le plació concederme predicar este evangelio glorioso ¡quégran privilegio!

Ahora que mis dos hijas han estado embarazadas nos ha esta tocando recordar el sacrificio que es la maternidad, por supuesto que recuerdo el propio sacrificio de mi esposa y su tarea de madre durante todos estos años. Es totalmente cierto que la maternidad requiere fortaleza física, emocional y espiritual. De todo corazón madres, gracias por todo su amor, esfuerzo y sacrificio; es valioso y hoy queremos reconocerlas y honrarlas..

Pablo acaba de decir en los vs. 2:11-22 que los gentiles ya no somosextranjeros sino conciudadanos del pueblo de Israel, tenemos parte en lospactos de la promesa y ahora somos miembros de la familia de Dios, ysomos Su templo; y Pablo les explica que por esta razón él estaba en laprisión por su ministerio hacia ellos y también por esa razón ora por ellos.

La vez pasada hablamos de como Dios a través de Cristo nos ha hecho unsolo cuerpo con los judíos (Efe. 2:14-16). Cristo quitó la pared de separaciónentre Dios y nosotros; y entre ellos y nosotros, derribando la hostilidad; yalgo más que vimos en nuestro estudio de Efesios y en la celebración de lasemana pasada es que Cristo en Su vida, ministerio, muerte y resurrecciónproclamó y se volvió las buenas nuevas de paz para todos.

El evangelio narra en Mar. 16:10 “…los que habían estado con él… estabanlamentándose y llorando.” Una de las cosas de la narración de laresurrección que me ha hecho pensar mucho en estos días es lo que pasabapor la mente de los discípulos el domingo en la mañana. Jesús, Su maestro,amigo y Señor había muerto el viernes (o antes). La tortura había sido cruel;la situación era deprimente, Él Amado había sido asesinado a sangre fría ypara vergüenza de los discípulos ellos lo habían dejado solo en Su hora masoscura; literalmente como un cordero había sido llevado al matadero y nohabía abierto Su boca (Is. 53).

La vez pasada hablamos acerca de lo que Pablo dice que debemos recordary de las cosas que debemos olvidar y también del lugar que tiene lacircuncisión de Cristo para nosotros dentro del Nuevo Pacto. El día de hoyvamos a hablar de lo que implica haber sido acercados por la sangre deCristo.

La semana pasada hablamos de cómo Dios nos salvó por Su gracia a través dela fe que Él mismo nos concedió; no es por obras para que nadie nos jactemosporque somos Su poema creados en Cristo para buenas obras y esas obrastambién Dios las proyectó de antemano. El propósito de enfatizar estasverdades es producir por una parte gozo por la obra que Dios hizo a través deCristo y por otra parte humildad porque todo viene de Él.

Lo que el Espíritu Santo nos esta diciendo aquí a través del apóstol Pabloes que la salvación viene por la gracia de Dios a través de la fe y que todoesto es un regalo de Dios; no vino de nosotros mismos porque como lo dijoantes (Efe. 2:5) nosotros estábamos muertos en nuestros delitos y pecados yno teníamos ninguna forma de salvarnos por nosotros mismos.

Para retomar nuevamente nuestro estudio de Efesios y darle continuidad almensaje glorioso de esta carta vamos a ver brevemente la obra magnificaque nuestro Padre Celestial hace en nosotros por medio de Jesús.