Para que una organización logre sus objetivos a largo plazo y, por ende, pueda crecer y transformarse, debe contar con un líder estratégico con un buen grado de conocimiento del entorno organizacional, social, económico, gubernamental, local y global. Eso no implica que sea un experto en todas esas áreas, más bien, que cuente con un conocimiento global, reforzándolo con asesores u otros líderes expertos en cada área.