Jesús te invita a tener una nueva mirada, un cambio de mentalidad una conversión real que no se da repentinamente, sino que es procesual y surge como consecuencia de una verdadera experiencia de encuentro con el maestro.
Es difícil seguir a Dios y pretender llevar una vida llena de odio, rencor, resentimiento, laxitud y libertinaje. Jesús no te dice cambia totalmente y cuando seas perfecto sígueme, por el contrario, te invita a seguirle para que en el camino sea Él quien te vaya transformando.