En esta sesión apredenderás a romper el miedo al rechazo y al que dirán. Para poder activar la indentidad y autoridad como embajadores de Cristo.

El evangelio no es una doctrino o tradición, es el poder de Dios para salvación. Evangelizar no es una opción es una comisión.

Dios no anda buscando actores sino adoradores que porten su presencia a donde quiera que vayan.

Como hijos de Dios nacimos para ser anti-moldes y no encajar en los moldes de la sociedad. Y se caracterizan por tener una fe que no se doblega aunque vengan las pruebas o procesos.

La alabanza libera el corazón del abandono, ya que la adoración no sólo atrae a Dios sino que también sana las grietas del alma.

El reconocer la importancia del rol que juega la figura de papá en la vida los hijos deja una huella, ya que un padre es quien define la identidad y desarrolla el autoestima, nos presenta el mundo exterior y nos enseñan sobre cómo conducirnos a la acción. Y cuando tenemos una relación sana con nuestro padre terrenal, eso permite que podamos tener una cercanía con nuestro Padre Celestial.

Vivir día a día es un desafío de victoria contínua y cuando aprendemos que la única manera de poder soportarlo es cuando permanecemos en la Presencia del Señor.

Cúan importante es que como hombres podamos aprender que las heridas siempre tienen un propósito. Las heridas no solo tienen que ser sanadas, también tienen que sanar a otros.

No podemos entrar en la presencia de Dios y salir siendo los mismos. Dios no busca actores sino adoradores que carguen su presencia a donde quiera que vayan.

Dios no te lleva al trono pensando cómo alguien que nunca ha sido procesado y cuando Él te promociona lo hace público frente a los que un día te menospreciaron, porque la unción pública es el sello de un carácter probado en secreto.