David lloró hasta no tener fuerzas, perdió todo en Ziklag… pero allí descubrió que la verdadera fortaleza no está en lo humano, sino en Dios.
En medio de las cenizas, el Señor lo levantó y lo preparó para el trono.
Yo creo que también en tus crisis, Dios está forjando en ti carácter de Rey y Reina así que no faltes, porque tu Ziklag no es tu final, ¡es tu preparación para reinar!