La luz tiene un poder transformador, pero también una capacidad de revelar lo que está oculto. Cuando alguien está mucho tiempo en la oscuridad, los ojos pueden doler al exponerse a la luz. Este efecto físico se refleja en lo espiritual: la luz de Cristo expone lo que está escondido y, a menudo, esto causa incomodidad, rechazo e incluso confrontación.
Hoy vamos a explorar cómo la luz de Cristo ofende, pero también cómo trae sanidad, restauración y libertad. A través de seis ejemplos en la Biblia, veremos cómo la luz se vuelve ofensiva para aquellos que prefieren seguir en la oscuridad.