Cuando nos enfocamos en nuestras emociones nos volvemos emotivos, y la tristeza y la angustia solo aumentan.

La peor soledad no es la ausencia de personas sino la Ausencia de la Presencia de Dios.

¿Hemos estado mirado al Señor, a Su Palabra, o a nuestras limitaciones, a las personas, a los problemas?

El error de mucha gente es priorizar a personas o a cosas, por pensar que prosperidad es sinónimo de más dinero, mucho dinero, bienes y fama.

¿Cuántos malos ejemplos, problemas, decepciones podrían haber sido evitados si hubiera de nuestra parte temor, consideración a Dios?

Dios Ama a Su Nombre, es decir: a Su Santidad, Bondad, Misericordia, Justicia. Todos los que invoquen Su Nombre, serán Perdonados y Salvos.

Solo los humildes se dejan dirigir por el Señor, porque, aunque no Lo veamos, Él guía a los humildes por medio de Su Palabra que es Justa, Verdadera y Libertadora.

¿Por qué muchos no llegan a alcanzar su objetivo principal en la vida —existencia—, que debe ser convertirse en hijos De Dios, Bautizados con el Espíritu Santo?