Uno de los muchos dones de la meditación es que nos ayuda a interesarnos por nuestras vidas con serenidad, lucidez y compasión en lugar de ver todas las complejidades que se nos presentan como una lucha constante por integrar que la vida no siempre sucede como nos gustaría. Por supuesto que la meditación no va a solucionar nuestros problemas, eso hay que tenerlo muy claro, pero sin duda que es una herramienta y una compañía extraordinaria para acompañarnos y afrontar esos problemas.