La intolerancia se define como la falta de habilidad y voluntad de tolerar algo.
En la intolerancia cultural no se aceptan costumbres y tradiciones de otras personas, de raza, de otra comunidad, sexualidad, municipio, religión o país.
En este último sentido, la intolerancia resulta ser cualquier actitud plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la perseverancia en la propia opinión, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. Supone, por tanto, cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias ideas o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables.