Bien, pues ahora tú entras en escena, pero lo haces de forma disociada. Una representación de tu yo al que tu controlas de desde una posición segura y cómoda, por ejemplo en tu cama, en tu sillón, etc. Haces tu entrada en la oficina o espacio de trabajo pero no andando, sino flotando. Y además flotando boca abajo. O sea estás flotando boca abajo con los pies hacia el techo y la cabeza apuntando al suelo, pero a la altura de las cabezas de tus compañeros, un poco mas elevada que ellos, de tal manera, que si, por ejemplo, llevaran un papel, tu podrías leerlo perfectamente.