Gálatas 5:16-26 RVA2015
16 Digo, pues: Anden por el Espíritu, y así jamás satisfarán los malos deseos de la carne. 17 Porque la carne desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente, para que no hagan lo que quisieran. 18 Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: fornicación, impureza, desenfreno, 20 idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos, 21 envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales les advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
22 Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley, 24 porque los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Ahora que vivimos en el Espíritu, andemos en el Espíritu.
26 No seamos vanidosos, irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros.
Una de las promesas más importantes que el Señor Jesucristo nos ha hecho es la promesa del Espíritu Santo. Se nos ha dado el Consolador, el Ayudador, el Consejero, Abogado Defensor, e Intercesor, para que esté con nosotros para siempre (Juan 14:16), y especialmente para ayudarnos en la vida cristiana.
En Gálatas 5:16-18, el apóstol Pablo nos dice que experimentamos la ayuda del Espíritu Santo cuando andamos por el Espíritu. El pastor Juan nos recuerda que todo creyente tiene acceso a la ayuda, y a los recursos espirituales, del Espíritu Santo, y que el Espíritu nos ayuda a conquistar nuestra carne para poder vivir la vida cristiana a su plenitud. El pastor Juan enfatiza que: 1.) Debemos seguir andando por el Espíritu (v. 16a); 2.) Cuando andamos por el espíritu no satisfacemos la carne (v. 16b); y 3.) Andamos por el Espíritu porque reconocemos el conflicto interior (v. 17); y 4.) El que es guiado por el Espíritu es libre de la ley (v. 18)