Efesios 4.1–6 (RVA)

1 Por eso yo, prisionero en el Señor, les exhorto a que anden como es digno del llamamiento con que fueron llamados: 2 con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose los unos a los otros en amor; 3 procurando con diligencia guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. 4 Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como han sido llamados a una sola esperanza de su llamamiento. 5 Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, 6 un solo Dios y Padre de todos, quien es sobre todos, a través de todos y en todos.

El pastor Juan Ocampo inicia una nueva serie titulada #SomoCristoFusion.  En esta serie, el pastor Juan introduce las tres cosas en las cuales Comunidad Cristiana Cristo Fusión se debe enfocar. El pastor Juan le exhorta a Cristo Fusión a que se enfoque en: 1.) El evangelio de Jesucristo; 2.) La comunidad cristiana; y 3.) La gran comisión.

El pastor Juan nos dice que la clave para ser una iglesia saludable, efectiva, y enfocada en estas tres cosas, se requiere el mantenimiento de la unión.  El pastor Juan comparte tres aplicaciones de Efesio 4:1-6, y nos recuerda que estamos unidos por:

1.) El llamamiento divino de Dios

2.) Las virtudes y conducta de Cristo

3.) Las creencias esenciales del evangelio.

Mateo 6.25-34 (RVA 2015)

25 “Por tanto les digo: No se afanen por su vida, qué han de comer o qué han de beber; ni por su cuerpo, qué han de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Miren las aves del cielo, que no siembran ni siegan ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas? 27 ¿Quién de ustedes podrá, por más que se afane, añadir a su estatura un milímetro? 28 ¿Por qué se afanan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; 29 pero les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos. 30 Si Dios viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana es echada en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?  31 “Por tanto, no se afanen diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Con qué nos cubriremos?’. 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero el Padre de ustedes que está en los cielos sabe que tienen necesidad de todas estas cosas. 33 Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. 34 Así que, no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.

En Mateo 6:25-34, el Señor Jesucristo nos presenta una enseñanza muy necesaria acerca de la preocupación.  Tres veces el Señor Jesucristo nos da el mandato directo, “no se afanen”.  El pastor Juan Ocampo señala que en la vida esperamos seguridad económica, seguridad de salud, y aun seguridad para el futuro.  Y cuando esa seguridad es amenazada, tendemos a preocuparnos más de lo que debemos.  Pero el pastor Juan nos recuerda que: 1.) No debemos preocuparnos porque somos la prioridad de nuestro Padre Celestial (vv. 26-30a); 2.) No debemos de preocuparnos porque nuestra fe esta puesta en nuestro Dios (vv. 30b-32); 3.) No debemos preocuparnos porque nuestro futuro está asegurado por nuestro Dios (v. 34); y 4.) Debemos buscar primeramente el reino de Dios y Su justicia (v. 33).

Mateo 6.19–24 (RVA)

19 "No acumulen para ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban. 20 Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. 21 Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón. 22 "La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. 23 Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande es esa oscuridad! 24 "Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas.

En Mateo 6:19-24, el Señor Jesucristo nos presenta una gran enseñanza acerca de las riquezas.  El Señor Jesucristo nos enseña que la condición de nuestro corazón determina nuestra actitud hacia la riqueza.  El pastor Juan Ocampo nos expone tres conceptos que debemos aplicar en relación a nuestras riquezas.  Tres conceptos que demuestran la actitud correcta hacia las riquezas: 1.) Invierte en los tesoros celestiales (vv. 19-21); 2.) Enfócate en la generosidad (vv. 22-23); y 3.) Permanece fiel al Señor de tus riquezas (v. 24).

Mateo 6.19–24 (RVA)

19 "No acumulen para ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban. 20 Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. 21 Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón. 22 "La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. 23 Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande es esa oscuridad! 24 "Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas.

En Mateo 6:19-24, el Señor Jesucristo enseña sobre las riquezas.  El pastor Juan Ocampo introduce este texto con un recordatorio que las riquezas son una bendición de Dios.  El Señor nuestro Dios es quien nos da el poder para hacer riquezas (Deut. 8:18), y quien nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos (1 Tim. 6:17).  Pero, por otro lado, el pastor Juan nos recuerda que, en la abundancia, en las riquezas, en el dinero, en las posesiones, también existe un peligro.  Y el peligro es que descuidemos nuestro corazón y permitamos que seamos dominados por la avaricia y la codicia.  En esta introducción, el pastor Juan nos comparte cinco peligros de la avaricia.

Juan 4.31–34 (RVR60) — 31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. 32 Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. 33 Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.

En Juan 4:31-34 vemos que la comida de Jesús fue hacer la voluntad del Padre que lo envió.  Nuestro predicador invitado, el pastor Gabriel Vargas de la Iglesia Bíblica Misión Casa en Gulf Breeze, FL, nos presenta tres verdades ilustrativas, las cuales componen los ingredientes del plato preferido de Jesús.  Esos ingredientes consisten de: 1.) La Palabra de Dios; 2.) Los Planes de Dios; y 3.) El Reino de Dios.  El pastor Gabriel nos exhorta a comer de este plato.

Juan 8.31–36 (RVR60)

31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? 34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

En Juan 8:31-36, el Señor Jesucristo nos dice que los que permanecen en Su palabra son los que verdaderamente son sus discípulos.  El pastor invitado, Alexis Faxas, le exhorta a Comunidad Cristiana Cristo Fusión a que sean discípulos verdaderos.  El pastor Alexis nos presenta las características, y los beneficios de ser un verdadero discípulo de Jesucristo.

Mateo 5:1-12 (RVA)

1 Cuando vio la multitud, subió al monte; y al sentarse él, se le acercaron sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo: 3 "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4 "Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 5 "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 7 "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia. 8 "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. 9 "Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 "Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 "Bienaventurados son cuando los vituperen y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo. 12 Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de ustedes.

En Mateo 5:10-11, el Señor Jesucristo nos dice que la persecución es una bienaventuranza.  Jesucristo dice, “Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia… y bienaventurados son cuando los persigan… por mi causa.”  El Señor nos recuerda que somos perseguidos por nuestro carácter piadoso, y porque somos sus seguidores, pero que aun así seremos bendecidos y felices.  El pastor Juan Ocampo nos enseña que la persecución es una realidad de la vida cristiana, y que no debemos ser sorprendidos cuando somos perseguidos. 

Mateo 5:1-12 (RVA)

1 Cuando vio la multitud, subió al monte; y al sentarse él, se le acercaron sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo: 3 "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4 "Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 5 "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 7 "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia. 8 "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. 9 "Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 "Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 "Bienaventurados son cuando los vituperen y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo. 12 Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de ustedes.

En Mateo 5:9, nuestro Señor Jesucristo nos dice, "Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”   El Señor nos dice que los que son de Su reino son hacedores de paz.  El pastor Juan Ocampo nos explica que los que hacen la paz son aquellos que han experimentado la paz con Dios.  El pastor Juan nos expone que tener paz con Dios es ser reconciliados con Dios, y por eso podemos ser hacedores de paz.  El que tiene paz para con Dios es el que es verdaderamente feliz.

Mateo 5:1-12 (RVA)

1 Cuando vio la multitud, subió al monte; y al sentarse él, se le acercaron sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo: 3 "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4 "Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 5 "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 7 "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia. 8 "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. 9 "Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 "Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 "Bienaventurados son cuando los vituperen y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo. 12 Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de ustedes.

En Mateo 5:8, nuestro Señor Jesucristo nos dice, "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”  El Señor nos dice que los que son de Su reino son de limpio corazón.  El pastor Juan Ocampo nos recuerda que el gozo de la salvación no puede ser experimentado sin un corazón recto y puro.  El pastor Juan explica que los de limpio corazón son los que han sido purificados por Dios.  Los de limpio corazón son los que tienen una actitud correcta hacia la obra santificadora de Dios.  Los de limpio corazón practican la santidad.  Y los de limpio corazón son de un corazón sincero… con Dios… y con los hermanos.

Mateo 5:1-12 (RVA)

1 Cuando vio la multitud, subió al monte; y al sentarse él, se le acercaron sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo: 3 "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4 "Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 5 "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 7 "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia. 8 "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. 9 "Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 "Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 "Bienaventurados son cuando los vituperen y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo. 12 Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de ustedes. En Mateo 5:4, el Señor Jesucristo nos presenta la segunda bienaventuranza al decirnos, “Felices los que lloran, porque ellos serán consolados”.

En Mateo 5:6, nuestro Señor Jesucristo nos dice, "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”  El Señor nos dice que los que son de Su reino tienen hambre y sed de justicia.  No pueden vivir sin justicia. El pastor Juan nos explica que la frase “hambre y sed” habla de un deseo desesperante.  Y nos explica que los que son verdaderamente felices son los que tienen ese deseo desesperante de toda la justicia de Dios.