Desde hace unos años a esta parte fui declinando la parte física, no porque no sea interesante e importante, sino para darle trabajo a otro músculo: el cerebro. Porque es necesario que, como occidentales, nosotros podamos interpretar correctamente la vida exterior. Comprender cómo esa vida exterior es nuestra base, nuestro sustento y ahí establecer un puente con todo aquello que nosotros decimos inconsciente…