El toro de las raíces nos mantiene a ras de tierra con su veneración por el cuerpo físico, la belleza material y todo recurso amoroso que se le una, desde la buena comida hasta la gestión del dinero, los ahorros y la casa terrenal. Tener y sustentar son sus verbos favoritos.

El carnero podía volar y todavía es capaz de hacerlo. Dotado de la máxima tenacidad, encarna el arquetipo de la heroína, dispuesta a dejar su pellejo para liderar una causa noble. Fuego de inicios, campo de acción, la zona iluminada del planeta rojo. Así se presenta en este podcast, al primer signo del zodiaco.

El último signo del zodiaco es una suma de linajes, fallas y exaltaciones energéticas. Piscis, el agua mutable de la astrología, es la mutabilidad del universo: lo que corre en subterráneo y nos devora: los miedos y desprendimientos, las adicciones y el amor incondicional.

Los eclipses son coincidencias celestes de carácter extraordinario. Suceden cuando la copa de la luna cubre la copa del sol, o la tierra cubre la copa de la luna. Intervienen en el flujo del brillo para tapar momentáneamente un punto de nuestra carta, transgreden una casa (un área de la vida) y nos ofrecen un placer para la escritura. ¿Qué me ocultas, luna? ¡Disfruta este ritual, bruja!

El onceavo signo del zodiaco es una suma de fuerzas sociales: es la última presentación del aire en la rueda zodiacal, de modo que nos permite descubrir que la mayor inteligencia es la del colectivo. Escondidos tras sus banderas blancas los acuarianos parecen percibir las señales desde otra realidad.

El panorama más fértil del zodiaco está expresado en este signo de tierra cardinal, donde los esfuerzos cobran vitalidad y los sacrificios se devoran la idea del imposible. En su locura, esta cabra conservadora y estratégica quiere hacernos correctivos, perfeccionistas y codiciosos.

El noveno signo del zodiaco y el último de la rueda que encarna el fuego es una suma de herencias, creencias y costumbres, con viajes, experimentación y trascendencia intelectual. En esta podcast recogemos algunas de las brasas ardientes de la centáuride, para intentar descifrar su conducta.

Este signo que es agua fija y amor oscuro nos habla del contacto con lo místico y la profanación de lo místico. Su sensualidad desbordada y su inteligencia suspicaz lo hacen el maestro de la tentación. El grito silencioso de su tenacidad es un ego masculino que desea poseer las experiencias en profundidad.

La fe librana, poética e imposible, es que todo a su paso sea justo y armónico, de modo que todo lo que no es bello es tolerado con dolor. El séptimo signo del zodiaco ofrece una energía que valora el contrato de las palabras escritas. Es el experimento del espejo que nos complementa plácidamente. El puente esplendoroso.

La tierra mutable del zodiaco nos quiere purificar a través del trabajo y las acciones cotidianas que conforman nuestra vida. Al encarnar un cuerpo productivo es símbolo de los procesos, la investigación, el pensamiento crítico y el servicio. Es uno de los sacrificados del panorama astral.