Giotto no lo haría. Bromas aparte, me ha emocionado la Santa Croce, una visita bastante más larga de los 30-40 minutos que indican a la entrada. Imposible verlo todo sin pasar una mañana o una tarde completa. Es genial que tengan abierto al público el gabinete de restauración, que es en realidad una capilla que están reparando in situ.