¿Alguna vez has sentido que no llegas? Que todo recae sobre tus hombros. Que si tú no lo haces, nadie más lo hará.A veces vivimos así: atrapados en la prisa, cargados de responsabilidades, cansados por dentro y por fuera. Llenos de tareas… y vacíos de paz. Intentamos cumplir, dar la talla, servir… pero, a pesar de todo el esfuerzo, seguimos sintiéndonos desbordados y desconectados de lo esencial.En Lucas 10:38-42 encontramos a dos hermanas que encarnan esta tensión: Marta, inquieta y ocupada en mil quehaceres, y María, sentada a los pies de Jesús, escuchando su voz.Hoy queremos detenernos en esa historia para reflexionar sobre la diferencia entre hacer cosas para Jesús y estar con Jesús. Y cómo, en un mundo que aplaude la productividad, el Evangelio nos invita a volver a lo verdaderamente necesario.Porque antes de servir a Jesús… necesitamos aprender a estar con Él.