Cuando se habla de racismo, la música pop de los EEUU puede tranquilamente llevarse el estandarte en esta lucha, con temas clásicos de autores clásicos que en su debido momento, nos dejaron piezas que, a veces, son casi himnos, emblemas de una lucha.

A la lacra del racismo se le suma la discriminación al inmigrante, al diferente, al que se fue de esa tierra depauperada a buscar mejores perspectivas y se encontró con la pobreza de la venta ambulante o del caminar por la calle sin papeles, huyéndole al policía siempre eficiente con el más débil...

Hoy en La Rockola de La Vida, le damos play al soundtrack de la lucha contra el racismo y la discriminación racial de todo tipo y en varios géneros, diciendo, como corresponde, que el racismo no pasará.

Desde que Gardel se popularizó como voz universal del tango, y el tango como género universal de Argentina, se posiciona este país como generador de artistas y melodías que han quedado en la vida de todos los latinoamericanos. Desde el género argentino por excelencia hasta el rock, pasando por la cumbia y la nueva canción.

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En el episodio de hoy, nos montamos en el Delorean de "volver al futuro" y llegamos a los años '80, esos en los que nacimos o crecimos o simplemente nos contaron. Década importante para la música Pop, la década del videoclip, de MTV, del reinado de Michael Jackson y Madonna, de las telenovelas y sus temas musicales...de los peinados y las hombreras, de la androginia, del colorido de los nuevos bailes y del cassette y el walksman como compañeros de todo joven de la época. ¡Hemos llegado a los '80 y el soundtrack de nuestra existencia suena a todo volumen! No olvides que gracias a tu aporte en https://patreon.com/dlaraf La Rockola sigue sonando ¡Suscríbete y que siga La Rockola!

En estos tiempos de feminismo exacerbado, tiempos en los que al hombre se le considera a veces como un ser hosco, sin sentimientos ni corazón en el pecho, puede sonar extraño escuchar hablar de un hombre llorando. Puede ser sin duda una contradicción a la opinión impuesta sobre el hombre que, cual Chuck Norris, lo cortan y no echa sangre, ni suelta una lágrima, en ningún momento. En este episodio revisamos como, en efecto, los hombres también lloran y son capaces de hacerlo cantando, aunque mal pague. En el soundtrack de nuestra existencia. Recuerda que la rockola sigue sonando gracias a tu apoyo, suscribiéndote a https://patreon.com/dlaraf nos ayudas a seguir. ¡Y que siga la Rockola!

La transgresora de la música latina, el vendaval de locuras en escena, la reina del drama hecho bolero y del bolero hecho dolor en la voz. Esa es La Lupe que conocemos mayoritariamente, la que convirtió el canto tropical en una actuación en la que bien podía terminar desnuda en escena como dramatizar literalmente la canción, convirtiendo al pianista o al percusionista en objeto de sus arrebatos dramáticos al cantar Qué te pedí o La Tirana. Pero había otra Lupe. La que incursionó en ritmos insólitos en los que fue capaz, sea en una balada, en un soul con tumbao o en un joropo acompasado con orquesta, presentarse ante el público con una versatilidad pocas veces vista en una artista latinoamericana, que puede jactarse en su carrera de haber grabado temas de casi todos los países del continente, sea versionando a Los Beatles o a Juan Vicente Torrealba, en español, en portugués, en inglés o en franco y completo spanglish. En esta selección musical, mostramos a Lupe Yolí Raymond, la que subió al escenario y bajó de golpe al infierno de la droga y la indigencia, para finalmente renacer en su entrega al evangelio, donde también fue capaz de cantar y dar a conocer su historia, desconocida para muchos. La Rockola de La Vida es el soundtrack de nuestra existencia y suena gracias a tu aporte en Patreon ¡Suscribete! y que siga La Rockola https://patreon.com/dlaraf

Celia Cruz, en sus diversas facetas, fue capaz de regar con sus éxitos las carteleras musicales del mundo. En cada rincón del mundo se le recuerda en escena, en canciones y en su ¡Azúcar!, grito archiconocido de guerra de la cantante cubana.

Pero en cada una de sus etapas, Celia Cruz dejó para la posteridad una buena cantidad de duetos en los que combinaba su estilos, su particularidad en escena y en canto, con quien la acompañara. Desde guaracheros, hasta reguetoneros, desde la guajira hasta el bolero, en la salsa y fuera de ella, Celia fue capaz de alternar con solvencia y sin complejos ni ceñirse a reglas de género musical o renombre del artista. Lo mismo con un rockero que con Pavarotti, lo mismo con Oscar De Leon que con La India, lo importante era cantar. Su vida era cantar tal como dice uno de sus discos y en cada tema de esta selección nos damos cuenta de que a ella, de verdad, lo que le importaba era cantar. Y siempre, lo hacía bien.

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En nuestro episodio de esta semana, descubrimos como de la unión carnal secreta entre la balada y la salsa brava, en alguna noche de farra, se engendró una hija que no es tan ilegítima, pues se parece a los dos géneros. El ritmo de la salsa y sus voces emblemáticas, las letras y el sentido de la balada, con el contenido romántico explícito, unas veces más que otras, orientadas al amor, el despecho y los avatares de los enamoramientos. De la Balada a la Salsa Erótica descubre cosas que para muchos no existen, como lo son las versiones originales de temas que de verdad creemos que son originales o inéditos, pero al escuchar al baladista original, caemos en cuenta de que quizás vivimos engañados. Desde las dificultades de conseguir una voz que calce a cabalidad en el registro vocal de un Cristian Castro para poderlo versionar, hasta la búsqueda constante de temas del repertorio de artistas como Marco Antonio Solís o José Feliciano para hallar la melodía perfecta que pueda transformarse en un ritmo bailable o no, pero siempre en la misma nota romántica que la balada permite. La Rockola de La Vida es el soundtrack de nuestra existencia y suena gracias a tu aporte en Patreon ¡Suscribete! y que siga La Rockola https://patreon.com/dlaraf

De la sospecha a la culpa, de la desfachatez del infiel hasta el resentimiento por la traición que la persona amada es capaz de infligir al que con lealtad se había dedicado a una relación. En la selección musical y el recuento de esta semana, nos adentramos en el mundo de la infidelidad, esa que empieza dentro de la cabeza y termina fuera de ella, convertida en cuernos. Así, escucharemos confesiones, lamentos, acusaciones, resentimientos, burlas, insultos. Y también, por supuesto, retos, llantos, reproches, resignación, e incluso aceptación de culpas. Porque hay quien lleva sus cuernos con orgullo pero también hay quien los sufre, quien los señala y quien los monta sin pudor alguno. No te pierdas este nuevo episodio de La Rockola de la Vida, el soundtrack de nuestra existencia y recuerda que esta Rockola suena gracias a tu suscripción en www.patreon.com/dlaraf ¡Ayúdanos a seguir!

Podría ser un momento feliz y así debería serlo: la boda, la coronación de un noviazgo y el inicio de una vida juntos, felices para siempre. Pero a veces no es así. Desde novios amantes que ven a la amada casarse con otro, guardando el rencor y la amargura o perdonando desde lejos que el Ave María suene para otros y no para ellos, hasta aquellos que aconsejan, desde la experiencia propia, al que piensa casarse sobre lo que le podría pasar de ahí en adelante. Ni hablar de las malas experiencias de la noche de bodas, o del escarmentado que ve venir la separación y hasta la desea con locura en medio de un canto donde lo único que es capaz de proponer es el divorcio ante el fracaso. Y también está el que ve el matrimonio fallido y niega el divorcio, quizás como venganza. Todo eso y más en una selección musical capaz de hacernos entender que a veces, el matrimonio puede salir mal. La Rockola de la Vida es el Soundtrack de nuestra existencia.

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En el episodio 8 de la segunda temporada de nuestro podcast musical, seleccionamos varias historias musicales asociadas al mundo carcelario, al lamento del preso, al horror de las celdas. Desde el lamento de quien se equivocó y cayó tras las rejas, hasta el llamado de quien desde dentro de la celda pide una segunda oportunidad. Desde el sueño de quien estando preso anhela volver a las calles para seguir la vida, hasta el llanto de quien sabe que no saldrá vivo de allí. Con voz propia, muchos de los cantantes seleccionados fueron en algún momento inquilinos de prisiones, y en más de una canción, muestran o su arrepentimiento o expresan su consejo a otros para que no caigan donde ellos llegaron. Y en otros, ni más faltaba, está el grito de redención del que se sabe libre luego de cumplir su pena o del que sin ser preso pide la libertad de otros, víctimas y no victimarios, por ser inocentes y aún así estar tras las rejas.

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