Aunque no me disgustaría que algunos de los textos que yo escribí tratando de romper la preceptiva del cuento, después sean incorporados a la tradición del cuento. Pero hay algo más: para mí, todo lo que tienda a destruir la imagen de la profesionalización del escritor, o de la literatura, me parece una buena cosa. Decir «yo soy novelista», o «soy cuentista», o «soy poeta», a mí siempre me dio un poco de vergüenza. Y además otra de mis tentativas es justamente tratar de volar las fronteras. Algunos textos están entre la prosa, la poesía, el cuento o la novela, y pueden ser géneros nuevos, o sugerir la posibilidad de géneros nuevos. Y al mismo tiempo, otra manera de concebir el cuento es a través del fragmento. Uno de mis proyectos es comenzar un texto con puntos suspensivos y terminarlo con puntos suspensivos...(Saer)